Una mujer encontró un extraordinario pez remo (Regalecus glesne), conocido popularmente como “pez del juicio final”, durante un paseo con su perro en Ocean Beach, Tasmania. El espécimen, de impresionante tamaño, rara vez es visto por humanos, ya que habita en las profundidades del océano (entre 150 metros y 1 km).
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Sybil Robertson, la descubridora, relató su sorpresa al toparse con el animal: “Era un pez largo, con colores hermosos y marcas fascinantes en su cabeza”. Tras compartir fotos en el grupo Citizen Scientists of Tasmania, expertos confirmaron que se trataba de un pez remo, el pez óseo más largo del mundo (puede alcanzar hasta 8 metros).
Neville Barrett, biólogo marino de la Universidad de Tasmania, destacó la rareza del hallazgo: “Es una casualidad increíble. Estos peces casi nunca llegan a la costa”.
El pez remo está envuelto en mitología: en algunas culturas se le considera un presagio de terremotos o desastres (de ahí su apodo). Sin embargo, los científicos aclaran que no hay evidencia científica que respalde esta creencia.
